En medio del tsunami que ha supuesto el cese fulminante de Tomás Gómez al frente del PSM y la llegada de una gestora que liderará Rafael Simancas, el PSOE de Alcalá elegirá este sábado la lista electoral que concurrirá a los comicios del próximo 24 de mayo, en lo que supondrá el arranque oficioso de la campaña. Y lo hace con cierto desahogo después de comprobar, primero, que Podemos haya decidido no presentarse con su marca, sino como una agrupación de electores bajo el paraguas de Somos Alcalá y, posteriormente, con la confirmación de que Izquierda Unida se presentará en solitario.
Desde las filas socialistas se barruntaba que una posible unión entre Podemos, IU y otras fuerzas de izquierdas, como Equo, podría sumar más votos que el PSOE, que sopesa que será difícil mantener los actuales los nueve concejales en unas elecciones que se presentan más abiertas que nunca. Al ir por separado, disgregando el voto, y sin empuje total que da la marca Podemos y el liderazgo de Pablo Iglesias, que ya se ha colocado segundo en las encuestas del CIS, los socialistas saben que hay partido, porque ven más cerca mantenerse como la fuerza de izquierdas más votada, lo que le podría dar el bastón de mando del Convento de Agonizantes.
Creen en el PSOE local que el PP tiene pocas opciones de gobernar aunque vuelva a ser el partido más votado. Consideran que los populares, que todavía no han designado candidato, podrían perder un mínimo de dos ediles y solo una irrupción espectacular de Ciudadanos les podría dar opciones de mantener la Alcaldía si es que la formación que lidera Miguel Ángel Lezcano está por la labor.
Ante este panorama, algunos socialistas que tenían dudas sobre la designación de Javier Rodríguez como candidato, después de perder en dos ocasiones y llevar ocho años en la oposición, ven ahora que su figura, sin demasiadas aristas, puede ser muy útil para garantizar un porcentaje de voto suficiente, teniendo en cuenta que las encuestas a nivel nacional dan a la baja y reconociendo que gobernar no pasa necesariamente por ganar las elecciones, sino por ser la formación de izquierdas con mayor respaldo. Esta renovación de caras, que ya ofrecerá otros partidos como Somos Alcalá o Ciudadanos, ya no es tan imprescindible para el PSOE, sino que el objetivo es evitar que no se produzca una fuga de apoyos a otros partidos. Y para ello, ser suficientemente conocido y no haber pisado demasiados callos en la ciudad puede garantizar ese respaldo suficientes para gobernar.
Despejado así el panorama, las listas electorales no presentarán demasiadas sorpresas. Y más tras el cese de Tomás Gómez al frente del PSM, al que desde la Ejecutiva de Alcalá no echarán mucho de menos después de que se opusiera a la moción de censura presentada en 2013 junto a UPyD. El núcleo duro de Javier Rodríguez estará claramente representado. Y aunque parece claro que Yolanda Besteiro, presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas, y Fernando Fernández Lara, acompañarán en los primeros puestos a Javier Rodríguez, el orden del resto del escalafón está por determinar. En esas negociaciones –llámenle codazos de salida- estará el porcentaje del respaldo a la lista electoral.
Con la lista electoral aprobada, el PSOE comenzará oficiosamente la campaña. Y lo hará con el objetivo de que no le adelanten por la izquierda y sin que en la guerra por el voto progresista no se generen enemigos que impidan un entendimiento futuro por la Alcaldía. Esta es la teoría, a la que la práctica lleva dejando con el culo al aire toda la legislatura. Porque, ¿quién pronosticaba la irrupción de Podemos o el auge de Ciudadanos? Hoy es así, pero no parpadee demasiado porque mañana puede cambiar.
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