Lidl ha aterrizado en Alcalá para dar empleo a más de 250 trabajadores. Hoy se ha colocado la primera piedra en los antiguos terrenos de Electrolux, la primera piedra para una plataforma logística donde antes se asentaba uno de los hitos industriales del Corredor del Henares. Todo un símbolo de la transformación de Alcalá, que poco a poco ha perdido el músculo industrial que le caracterizaba para convertirse en todavía no se sabe bien qué.
Se habla de la Alcalá del conocimiento, con los Big Data de Telefónica, de la Alcalá universitaria, de la Alcalá logística o Alcalá como ciudad del español, aunque para honrar al castellano, a este último proyecto lo denominen con el anglicismo 'cluster'. Se habla, se habla y se habla, pero aunque las cifras del desempleo parece que bajan, aún unas 20.000 personas buscan empleo en Alcalá.
Todos sabemos lo que fue Alcalá en el pasado, una urbe gloriosa pensada por Cisneros, una ciudad venida a menos con el paso de los siglos, que comenzó a ganar músculo industrial durante el siglo XX mientras intentaba recuperar el pulso cultural, con la reapertura de su universidad y la recuperación de sus edificios históricos.
Pero hoy día, el destino de la ciudad no parece claro. Parecía que la declaración de Alcalá como Patrimonio de la Humanidad en 1998 marcaría un futuro turístico y cultural que progresaba lentamente, pero que no terminó de explotar mientras explotaba la burbuja inmobiliaria. La crisis desnudó la realidad. Alcalá, en plan cigarra, no había hecho los deberes y no había aprobado un Plan General que dotara a la ciudad de terrenos que acogiera a empresas que paliara los efectos de la crisis y que permitieran arraigar futuros brotes verdes.
Ahora, con unos 20.000 desempleados, nuestros partidos políticos no han sabido ponerse de acuerdo para aprobar el PGOU, más caducado que los yogures de Cañete. El PP perdió la oportunidad para sacarlo adelante cuando gozaba de mayoría absoluta entre 2007 y 2011. En este mandato, en minoría, tampoco ha sido capaz de llegar a acuerdos con el resto de fuerzas para diseñar el futuro urbanístico de la ciudad.
Si solo la llegada de Lidl, genera 275 empleos, ¿cuánto se podrían crear con millones de metros cuadrados disponibles para empresas interesadas en llegar al Corredor del Henares, uno de los mejores enclaves de comunicaciones? Veremos si la ensalada de siglas de la próxima legislatura llega a acuerdos y resulta más nutritiva para el futuro empresarial de la ciudad.
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