martes, 23 de junio de 2015

El PSOE y Somos Alcalá, ¿sexo o amor?

El poder en la Junta de Gobierno local en un ayuntamiento acogido a la Ley de Grandes Ciudades no es un tema menor, ya que pueden sacar adelante muchos proyectos sin necesidad de pasar por el pleno municipal, como realizar pagos, aprobar gastos o dar licencias de obras. Pero pese a la importancia de la JGL, en un matrimonio bien avenido como parece que era -o es- el de Somos Alcalá y el PSOE, no debería ser al menos un tema de divorcio.

Recordemos. Como primera muestra de amor, la formación encabezada por Alberto Egido dio el sí quiero al socialista Javier Rodríguez el pasado 13 de junio en la toma de posesión como alcalde, una relación que sufrió ayer la primera crisis, después de superar la separación de bienes de más de 400 medidas.

Con la investidura de Rodríguez como legítimo alcalde -todos los días de la legislatura hasta que una infidelidad les separe- y su decisión de negociar la entrada en el Gobierno, parecía demostrado que este matrimonio se basaba en la confianza mutua. Pero, tras la discusión de ayer, en esta luna de miel todavía no se sabe si es un matrimonio de conveniencia -el PSOE porque quería la Alcaldía y Somos porque no la quería para el PP-, si hay amor verdadero o solo sexo en un ligue de una noche de verano.

Sí Somos dijo sí al PSOE es porque confía en Javier Rodríguez, por lo que la mayoría o no en la Junta de Gobierno Local debería ser un asunto menor. Ya sabes, una discusión de esas familiares, como de qué color pintamos las paredes o vamos a comer a casa de tus padres todos los domingos. Somos debería estar tranquilo, porque tiene en su mano un arma poderosa: el divorcio exprés en forma de moción de censura, aunque en esta separación de bienes el PP es el que se quedaría con la casa (consistorial).

Hoy ambas formaciones se volverán a ver las caras. Somos cree que han sido cuernos -o al menos un tonteo-, mientras que el PSOE niega una infidelidad con Izquierda Unida. Veremos si todo queda en un ataque de celos y si es amor y no solo sexo de una noche de verano. Lo normal es que el matrimonio supere este bache y que los hijos -los alcalaínos- estén por encima de estas diferencias.

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